quarta-feira, 16 de setembro de 2015

Presidente Bashar al Assad faz análise da situação da Síria em entrevista a RT





Em entrevista a RT  Bashar al Assad, presidente de Síria, explica a
origem da crise  siria e dos refugiados,
por que não se consegue chegar a um consenso com a oposição enquanto houver
derramamento de sangue no país e faz um apelo para que todas as forças se  unam 
na luta contra o terrorismo. Revela a responsabilidade do Ocidente no
apoio e financiamento dos grupos extremistas criados para difundir o caos e
destruir o país.
Abaixo a transcrição
na integra da entrevista:
 Señor presidente,
en nombre de los medios de comunicación de Rusia: RT, Pervy Kanal, Rossiya 24,
NTV, las agencias de noticias rusas Rossiya Segodnia, TASS e Interfax y
'Rossíyskaya Gazeta', le damos las gracias por la oportunidad de hablar con
usted durante este difícil período de la crisis siria.
Hay muchas preguntas acerca del rumbo en el que se desarrolla el proceso
político de paz en Siria. ¿Cuáles son los últimos avances en la lucha contra
el Estado Islámico? ¿En qué
estado se encuentra la alianza ruso-siria? ¿Cuál es la situación del gran
número de refugiados sirios?, el tema que ha dominado recientemente los medios
de comunicación europeos.
La crisis siria pronto
cumplirá 5 años. A pesar de todas las predicciones de los líderes
occidentales de que su salida del poder estaba cerca, sigue siendo presidente
de Siria. Recientemente, hubo una ola de especulaciones en relación
con los informes sobre las reuniones de altos funcionarios de su
Gobierno con sus oponentes de Arabia Saudita. Esto indujo la hipótesis de que
comenzaba una nueva etapa en el proceso político en Siria. Sin embargo, la
posterior declaración de Riad, que sigue insistiendo en su salida del poder,
muestra que casi nada ha cambiado pese a las amenazas y desafíos que
grupos como el EI presentan específicamente para las regiones remotas de
la frontera siria.
Así que, ¿cuál es su
postura con respecto al proceso político? ¿Qué opinión tiene acerca de la
idea de compartir el poder y trabajar conjuntamente con los grupos de la
oposición que siguen declarando abiertamente que en Siria no habrá solución
política sin su inmediata salida del poder? ¿Le han dado muestras de que
están dispuestos a trabajar junto con usted y su Gobierno? También sabemos que
desde el comienzo de la crisis, muchos de estos grupos requerían que usted
llevase a cabo reformas políticas y transformaciones. Sin embargo, ¿es posible
poner en práctica estos cambios ahora con la situación actual de fondo, la
guerra en curso y la propagación del terrorismo en Siria?
Permítanme responder a su pregunta por partes, ya que incluye varios
puntos. En cuanto a la primera parte de la pregunta sobre el proceso político,
desde el comienzo de la crisis hemos estado a favor de un diálogo. Ha
habido varias rondas de conversaciones en Siria, Moscú y Ginebra. De
hecho, en la única ronda de diálogos en
la que hemos tenido éxito ha sido en la segunda ronda en Moscú. No en Ginebra,
ni en la primera en Moscú. Pero al mismo tiempo, este paso quedó incompleto. Y
esto es natural, porque la crisis es de gran escala. No es posible encontrar
una solución en un par de horas o días. Sin embargo, es un paso adelante y
estamos a la espera de una tercera ronda de diálogos en Moscú. Creo que
simultáneamente con la lucha contra el terrorismo, debe continuar el
diálogo entre las partes y formaciones políticas sirias para llegar a una
opinión unánime sobre el futuro de nuestro país. Tenemos que seguir avanzando
en esta dirección.
Respondiendo a la
segunda parte de su pregunta sobre la posibilidad de algún progreso, teniendo
en cuenta la propagación del terrorismo en Siria, Irak y la región en su
conjunto, como ya he señalado, debemos continuar el diálogo con el fin de
lograr un consenso. Sin embargo, si queremos lograr éxito, eso no será posible
mientras mueran personas, mientras se derrame la sangre y mientras la
gente no se sienta completamente segura y fuera de peligro. Supongamos que
hemos sido capaces de negociar con los partidos y fuerzas políticas sobre
cuestiones políticas y económicas, sobre ciencia, sanidad o cualquier otro
tema. Pero, ¿cómo podemos implementar estos acuerdos, si la cuestión
prioritaria para cada ciudadano sirio es la seguridad? Por lo tanto,
podemos llegar a un consenso, pero no podemos llevar nada a cabo hasta que no
derrotemos el terrorismo en Siria.
Debemos superar el terrorismo y no solo
el del EI
. Estoy hablando del terrorismo, porque hay muchas organizaciones,
principalmente el EI y el Frente al Nusra que
el Consejo de Seguridad de la ONU declaró
terroristas. Esto en cuanto a la pregunta del proceso político.
En cuanto a la
separación de poderes, originalmente se llevó a cabo con parte de la oposición
que la aceptó. Hace unos años pasaron a formar parte del Gobierno. A pesar del
hecho de que la división de poderes está regulada por la Constitución y las
elecciones, sobre todo las elecciones parlamentarias, y por supuesto, a medida
que estas fuerzas representan al pueblo, a causa de la crisis, tomamos la
decisión de compartir el poder ahora para dar un paso adelante, sin centrarnos
en la eficacia de tal decisión.
Con respecto al
problema de los refugiados, quiero decir que la postura de Occidente y la campaña
mediática llevada a cabo, sobre todo en la última semana, afirma que
estas personas están huyendo del Gobierno sirio, al cual los medios de
comunicación occidentales se refieren como 'régimen'. Sin embargo, los países
occidentales por un lado se lamentan de los refugiados, y por el otro, los
observan a punta de pistola. Lo que ocurre es que, de hecho, estas personas
abandonaron Siria principalmente por culpa de los terroristas y por
el miedo a la muerte, así como por las consecuencias del terrorismo. En
condiciones de terror y destrucción de la infraestructura no es posible
satisfacer las necesidades más básicas. Como resultado, las personas huyen del
terrorismo y buscan una oportunidad de ganarse la vida en cualquier otra parte
del mundo. Por lo tanto, Occidente se lamenta de los refugiados a la vez que
apoya a los terroristas desde el comienzo de la crisis.
Originalmente, Occidente denominó los acontecimientos sirios 'protestas
pacíficas', después, 'actuaciones de la oposición moderada' y ahora admite la
existencia del terrorismo bajo el nombre del EI o el Frente al Nusra,
pero atribuye la culpa al Gobierno sirio, el 'régimen' sirio y al
presidente sirio. Por lo tanto, mientras continúe esta línea de propaganda, no
tendrán más remedio que aceptar más refugiados. La cuestión no es que
Europa deba o no acoger a los refugiados, sino la necesidad de abordar las
causas fundamentales del problema. 
Si a los europeos les
preocupa el destino de los refugiados, que dejen de apoyar a los terroristas
. Es nuestra opinión
sobre este asunto. Esta es la raíz del problema de los refugiados.

Señor
presidente, propiamente hablando, ya ha tocado el tema de la oposición siria
interna en su primera respuesta. Sin embargo, quisiera abordarlo de
nuevo porque es muy importante y muy interesante para Rusia. Díganos, por
favor, ¿qué tiene que hacer la oposición siria interna para cooperar de alguna
manera con el Gobierno y apoyarlo en la lucha?, ¿qué declaran y qué quieren
hacer en general?, y ¿cómo evalúa usted las perspectivas de una tercera
ronda de diálogos en Moscú y Ginebra? ¿Será beneficioso para Siria dada la
situación?
 Como ustedes
saben, estamos en una guerra contra el terrorismo, que cuenta con el apoyo de
fuerzas externas. Esto significa que se lleva a cabo una guerra total. Yo creo
que cualquier sociedad, cualquier patriota, cualquier partido que represente al
pueblo, en estas situaciones se deben unir contra un enemigo común –
independientemente de que se trate de terrorismo interno o externo. Si hoy le
preguntamos a cualquier sirio qué quiere ahora, la primera respuesta será:
seguridad y estabilidad para todos. Por lo tanto, nosotros, como fuerzas
políticas, tanto dentro del Gobierno como fuera del Gobierno, estamos obligados
a consolidarnos en torno a las demandas del pueblo sirio. Esto significa
que, en primer lugar, debemos unirnos contra el terrorismo. Esto es obvio y
lógico.
Por eso digo que las
fuerzas políticas, el Gobierno o los grupos armados ilegales que luchaban
contra el Gobierno, deben unirse para luchar contra el terrorismo. Y esto ha
sucedido ya: algunos grupos antes luchaban contra el Gobierno sirio, y ahora se
oponen al terror de nuestro lado. En este sentido ya se han tomado algunas
medidas, sin embargo, me gustaría aprovechar nuestro encuentro de hoy para
hacer un llamamiento a todas las fuerzas a unirse en la lucha contra el
terrorismo, puesto que esto es una forma de lograr los objetivos políticos
fijados por los sirios, a través del diálogo y el proceso político.
Y en lo que se
refiere a la tercera ronda de diálogo en Moscú y Ginebra, ¿cree usted que es
una vía prometedora?
— La importancia
de la tercera ronda de conversaciones en Moscú consiste en que
sería una plataforma preparatoria para la tercera en Ginebra. El
copatrocinio internacional del encuentro en Ginebra no ha sido imparcial,
mientras que Rusia actúa en este asunto de manera imparcial y se rige por los
principios de la legitimidad internacional y de acuerdo con la resolución del
Consejo de Seguridad de la ONU.
Además, existen discrepancias de principio acerca del Gobierno de
transición en la declaración de Ginebra. Es necesario que en la tercera ronda
en Moscú se resuelvan las controversias mencionadas entre las diferentes
fuerzas en Siria para llegar a la tercera ronda en Ginebra con una postura
consolidada. Esto creará las condiciones para el éxito de la tercera ronda en
Ginebra. Creemos que Ginebra 3, difícilmente
tendrá éxito si no se logra éxito en el marco de Moscú 3. Por eso apoyamos la
celebración del encuentro en Moscú después de finalizar con éxito la
preparación para este foro, algo que depende especialmente de la parte rusa.

Señor
Presidente, quisiera seguir con el tema del apoyo extranjero al arreglo de la
crisis siria. En este contexto quiero preguntar: es evidente que después de
haberse solucionado el problema nuclear iraní, Teherán desempeñará un papel
cada vez más activo en los asuntos de la región. En este sentido ¿cómo evalúa
las últimas iniciativas iraníes para la normalización de la situación en Siria?
Y en general, ¿qué importancia tiene para usted el apoyo de Teherán? ¿Existe
por ejemplo ayuda militar? Si existe, ¿cómo es?
— Actualmente no
hay ninguna iniciativa concreta por parte de Irán. Sin embargo, existen ideas
preliminares y principios para tal, que se fundamentan en el principio de
la soberanía de Siria y desde luego en la decisión del pueblo sirio, así como
en la lucha contra el terrorismo. Naturalmente las relaciones entre Siria e
Irán tienen una historia larga y cuentan con más de 35 años. Nos une la
relación de aliados y una gran confianza mutua. Por eso creemos que Irán
desempeña un papel importante.
Irán defiende a Siria y a su pueblo. Este país apoya al Estado sirio en
la política, en la economía y en el ámbito militar. Cuando hablamos del apoyo
militar no se trata de lo que intentan vender algunos medios de comunicación
occidentales como el envío a Siria de grupos militares iraníes: es mentira.
Teherán nos suministra el material bélico. Desde luego, mantenemos un
intercambio de especialistas militares entre Siria e Irán, pero este
intercambio siempre ha existido. Por supuesto, este tipo de cooperación
bilateral se intensifica en condiciones de guerra. Sí, la ayuda de Teherán
es un elemento clave que contribuye a la solidez de Siria de cara a
esta guerra difícil y bárbara.

 En el marco de nuestra conversación sobre los factores regionales
y actores regionales, hace poco usted ha hablado sobre la coordinación con El
Cairo en el área de la seguridad y de la lucha contra el terrorismo, ha dicho
que los dos países están del mismo lado de la barricada en la lucha contra el
terrorismo. ¿Qué relaciones tiene con El Cairo hoy, donde existen varias
estructuras opositoras? ¿Son contactos directos o con la intermediación rusa,
sobre todo considerando el carácter estratégico de las relaciones ruso-egipcias?
El presidente Al Sisi hoy es un invitado esperado en Moscú.

— Las relaciones
entre Siria y Egipto nunca se interrumpieron, incluso en los años anteriores,
incluso con el presidente Mohammed Morsi, que pertenece a la organización
terrorista de Hermanos Musulmanes. A pesar de ello, varios organismos egipcios
insistían en mantener las relaciones al menos en un nivel mínimo. Eso se
explica primero con que los egipcios se dan cuenta de lo que está pasando en
Siria. La segunda razón es que la lucha que tenemos hoy es una lucha contra un
enemigo común. Está claro que ahora es algo evidente para todos, porque el
terrorismo se difundió en Libia, Egipto, Yemen, Siria, Irak y en algunos otros
países, entre ellos países islámicos como Afganistán, Pakistán y otros. Por eso
ahora puedo decir que nosotros tenemos una visión común con Egipto.
Sin embargo, en este momento solo tenemos relaciones a nivel de los
órganos de seguridad.No existen relaciones a nivel político, por ejemplo no hay
ningún contacto entre los Ministerios de Asuntos Exteriores de los dos países.
Tan solo existe cooperación entre los organismos de seguridad.
También hay que tener
en cuenta que tanto sobre El Cairo como Damasco puede ejercerse presión para
evitar que estemos unidos sólidamente. Por supuesto estos contactos no se
realizan a través de Moscú, tal y como ha supuesto usted. Las relaciones nunca
se rompieron, sin embargo hoy nos agrada ver que las relaciones entre Rusia y
Egipto se están mejorando. Al mismo tiempo a Damasco y a Moscú nos unen
relaciones históricas, sólidas y buenas. Es natural que Rusia esté contenta con
cualquier avance en el desarrollo de las relaciones sirio-egipcias.
Señor presidente,
permítame volver al tema de la lucha contra el terrorismo. ¿Cómo considera
usted la idea de crear una zona libre de terroristas del Estado Islámico al
norte del país en las fronteras con Turquía? Y, en este contexto, ¿cómo
comentaría usted la cooperación indirecta de Occidente con tales organizaciones
terroristas como el Frente al Nusra y otros grupos radicales? Y, ¿con quién
estaría usted dispuesto a cooperar para luchar contra los terroristas del
Estado Islámico?
Si hablamos de que en las fronteras con Turquía no habrá terroristas,
eso significa que los haya en otras regiones. Tal retórica es inadmisible para
nosotros. El terrorismo debe ser eliminado en todas partes. Más de tres
decenios exhortamos a crear una alianza internacional para
combatir el terrorismo. En lo que se refiere a la cooperación de Occidente con
el Frente al Nusra, esto es un hecho concreto. Todos sabemos que tanto al
Frente al Nusra como al Estado Islámico, Turquía, que mantiene estrechas
relaciones con Occidente, los abastece de armas, dinero y voluntarios. Tanto el
presidente Recep Erdogan como el
primer ministro Ahmed Davutoglu no dan ni siquiera un paso sin coordinarlo, en
primer lugar, con EE.UU. y con otros países occidentales. Tanto el Frente al
Nusra y el Estado Islámico le deben su crecimiento de poder en la región al
proteccionismo de Occidente que considera el terrorismo como un joker que,
periódicamente, lo sacan de la manga para utilizarlo. Hoy ellos quieren usar el
Frente al Nusra contra el Estado Islámico, puede ser porque, en cierta medida,
el Estado Islámico se les ha ido de su control. Sin embargo esto no significa
que quieren liquidar el Estado Islámico. Si quisieran, ya lo hubieran hecho.
Para nosotros el Estado Islámico, el Frente al Nusra y otros grupos armados
similares que asesinan a la población civil son extremistas.
¿Con quién se puede
dialogar? Es una pregunta de suma importancia. Desde el principio hemos dicho
que estamos dispuestos a cualquier diálogo si este puede disminuir la amenaza
terrorista y por consiguiente conducir a una mayor estabilidad. Naturalmente
con esto me refiero a las fuerzas políticas. Asimismo hemos dialogado con
algunas agrupaciones armadas y hemos llegado a acuerdos, gracias a los cuales
se ha establecido la paz en ciertas zonas problemáticas. En otras ocasiones los
paramilitares se sumaban al ejército sirio. Ahora combaten al igual que los
demás y sacrifican su vida en nombre de la patria. Es decir dialogamos con
todos, excepto los que he mencionado (el Estado Islámico, el Frente al Nusra y
grupos similares) por una simple razón. Estas organizaciones se basan en la
ideología del terror. No son simplemente organizaciones que se rebelaron contra
el Estado como algunas otras. ¡No! Se alimentan de ideas terroristas.
Por eso
el diálogo con ellos no conllevaría a ningún resultado real. Hace falta
combatirlos y exterminarlos. No puede haber ningún diálogo con ellos.
Hablando sobre los
socios regionales ¿con quién está usted dispuesto a colaborar en la lucha
contra los terroristas?
Por supuesto,
colaboramos con países amigos, ante todo con Rusia, Irán, también con Irak que
lucha contra el terrorismo al igual que nosotros. En cuanto a otros Estados,
estamos abiertos a la colaboración con cualquiera que tenga una firme
determinación a luchar contra el terrorismo. En el caso de la así llamada
coalición contra el terrorismo y contra el Estado Islámico liderada por Estados
Unidos, no vemos esta determinación. La realidad es que a pesar de que esta
coalición ha empezado sus operaciones, el Estado Islámico continúa
expandiéndose. No consiguen hacer nada. Esta coalición de ninguna forma influye
en la situación 'en la tierra'. Al mismo tiempo países como Turquía, Catar,
Arabia Saudita y también Francia, Estados Unidos y otros países occidentales
que respaldan a los terroristas, no pueden luchar contra el terrorismo. No se
puede al mismo tiempo estar en contra de los terroristas y de su lado. Sin
embargo, si estos países deciden cambiar su política (y es que el terrorismo es
como un escorpión, si lo pones en tu bolsillo, inevitablemente te va a morder)
no nos negaremos a colaborar con ellos siempre que sea una coalición
antiterrorista real y no ilusoria.
 ¿En qué estado está
el ejército sirio? Las fuerzas armadas del país ya llevan más de cuatro años
combatiendo. ¿Están desangradas por la guerra o los combates solo las
consolidan? Existen aún reservas para reforzar su actividad? Y otra pregunta
muy importante. Ha dicho que sus exenemigos y los exenemigos del ejército sirio
se pasaron a su bando y ahora están luchando en el ejército del Gobierno. ¿Son
muchos y en qué medida ayudan a combatir a los grupos radicales?
Por supuesto,
cualquier guerra es un mal. Cualquier guerra es destructiva, cualquier guerra
debilita a la sociedad y al ejército por más rico y fuerte que sea el país. Sin
embargo, no es un factor determinante porque todo tiene su lado positivo. La
guerra debe consolidar a la sociedad ante el enemigo y cuando un país sufre una
agresión el ejército se convierte en el símbolo más importante para cualquier
pueblo. El pueblo cuida al ejército, le presta todo el apoyo necesario,
incluyendo los recursos humanos como voluntarios y reclutas, para que defiendan
la patria. Al mismo tiempo, la guerra da a las fuerzas armadas una gran
experiencia en operaciones militares. En otras palabras, siempre hay lados
positivos y negativos. No se puede plantear la pregunta de esta forma, ¿se
debilitó el ejército o se hizo más fuerte? Gracias al apoyo popular entran
voluntarios al ejército. En cuanto a su pregunta, si hay todavía recursos puedo
decir: Claro. Si el ejército no tuviera recursos habría sido imposible aguantar
cuatro años y medio de una guerra extremadamente difícil, sobre todo, contra
nuestro enemigo actual que tiene recursos humanos ilimitados. En Siria combaten
terroristas de más de 80 o 90 países del mundo. Es decir, el enemigo cuenta con
el apoyo de millones de personas en diferentes países que las mandan a luchar
en el bando de los terroristas. En lo que se refiere al ejército, nuestros
recursos son ante todo los sirios. Así que sí tenemos recursos lo que nos
permite seguir defendiendo el país. Asimismo tenemos la persistencia porque los
recursos no se limitan a los recursos humanos. También es la voluntad.
Y actualmente nuestra voluntad de luchar y defender
nuestro país de los terroristas es más fuerte que nunca. Precisamente esta
situación hizo que algunos paramilitares, que al principio por alguna razón
luchaban contra el Estado, entendieran que estaban equivocados y decidieran
unirse a las fuerzas estatales. Ahora están luchando junto con el ejército.
Algunos se sumaron a las fuerzas armadas, otros colaboran con las fuerzas
armadas de la república en diferentes regiones de Siria.

Señor Presidente,
Rusia también lleva ya 20 años luchando contra el terrorismo. Este puede tener
diferentes formas pero parece que ahora ustedes lo están enfrentando cara a
cara. El mundo ve un nuevo modelo de terrorismo. En el territorio ocupado, el
Estado Islámico establece juzgados, administraciones. Hay datos de que se
disponen a emitir su propia moneda. Es decir, aparecen ciertos rasgos formales
de un Estado y esto quizá sea uno de los factores que atraen cada vez más
simpatizantes de diferentes países. Podría explicarnos en fin contra qué están
luchando ustedes. Se trata de un grupo terrorista enorme o tal vez de un nuevo
Estado que busca cambiar radicalmente las fronteras en la región y en el mundo
en general? ¿Qué es ahora el Estado Islámico?

Por supuesto, como usted ha dicho, el grupo terrorista –Estado
Islámico–, trata de tomar la forma de Estado para atraer a sus filas la mayor
cantidad de voluntarios que viven de las ilusiones del pasado, sueñan con crear
un Estado Islámico que exista solo gracias a la religión. Este es un enfoque
idealista que no tiene nada que ver con la realidad, esto es una equivocación.
Un Estado no se puede tomar de la nada y obligar a que la sociedad lo acepte.
El Estado debe ser el resultado del desarrollo natural de la sociedad, ser su
imagen o copia aunque no siempre sea exacta. No se puede tomar un Estado ajeno
y obligar a que la sociedad lo acepte. Aquí surge la pregunta: ¿el Estado
Islámico o así denominado EI tiene algo de común con el pueblo sirio? Por
supuesto, ¡no! Tenemos grupos terroristas, pero ellos no definen el
carácter de nuestra sociedad. En Rusia también hay grupos terroristas, y
tampoco son el reflejo de la sociedad rusa, no tienen nada que ver con su diversidad
y su carácter sincero. Por eso, el hecho de que intentaran imprimir su dinero,
sellos, expedir pasaportes y adquirir otro tipo de atributos de Estado, eso no
significa que sean un Estado. En primer lugar, no tienen nada de común con el
pueblo, en segundo lugar, la gente que vive en territorios ocupados por ellos,
ahora huye a un verdadero estado, a su patria o bien luchan contra ellos con
las armas en las manos. Y tan solo una minoría sigue creyendo en sus mentiras.
Por supuesto que ellos no son Estado, sino un grupo terrorista. Veamos quienes
son realmente. Ellos son la tercera ola de organizaciones políticas creadas por
Occidente para difundir su venenosa ideología. Persiguen fines políticos. La
primera ola, a inicios del siglo pasado trajo a los Hermanos Musulmanes. La
segunda ola a Al Qaeda, que luchó contra
la URSS en Afganistán. Y la tercera ola son el Estado Islámico, el Frente al
Nusra y otras organizaciones similares. ¿Qué son el Estado Islámico y otros
grupos de esta índole? Son un proyecto extremista de Occidente.

Señor presidente,
desde que empezó la crisis siria han surgido más polémicas sobre el problema
kurdo. Incluso antes, ustedes que representan el Damasco oficial, recibieron
fuertes críticas por su actitud hacia la minoría kurda. Sin embargo, ahora las
unidades kurdas prácticamente se han convertido en sus aliados militares en
algunas operaciones contra el Estado Islámico. ¿Ya tienen una postura clara al
respecto? ¿Quiénes son los kurdos para ustedes y quiénes son ustedes para
ellos?
En primer lugar, no
es correcto decir que el Estado llevase a cabo una política determinada con
respecto a los kurdos, porque un Estado no puede preferir a algunos de sus
ciudadanos: esto supondría la división del país. Si realmente hubiéramos
realizado una política discriminatoria en la sociedad, la mayor parte no
estaría del lado del Gobierno y el país se hubiese dividido desde el principio.
Consideramos a los kurdos parte de la sociedad siria, no son extraños, viven en
esta tierra, igual que los árabes, los circasianos, los armenios y muchas otras
naciones y confesiones religiosas que conviven en Siria desde tiempos remotos.
No sabemos cuándo algunas de estas naciones aparecieron en la región. Pero sin
estos componentes no habría en Siria una sociedad monolítica.
Ahora bien, me
pregunta si los kurdos son nuestros aliados. No, ellos son patriotas.
Además aquí no se
puede generalizar: como cualquier otro elemento integrante de la sociedad
siria, los kurdos se dividen en varias tendencias, pertenecen a distintas
tribus y partidos políticos de izquierda y derecha, y difieren en otras cosas.
Es decir, si hablamos de los kurdos como un todo, no podemos ser objetivos.
Algunos partidos kurdos plantean ciertas demandas, sin embargo, no representan
a todos los kurdos. Hay kurdos que se han adaptado totalmente a la sociedad, y
me gustaría subrayar que en esta etapa no solamente son nuestros aliados, como
algunos han intentado definirlos. Es que en nuestro ejército entre los héroes
caídos hay muchos kurdos. Eso quiere decir que los kurdos viven en harmonía
dentro de nuestra sociedad. Por otro lado, tenemos partidos kurdos que plantean
distintas exigencias, y ya hemos satisfecho algunas de ellas al principio de la
crisis. Pero también hay otras demandas que no tienen nada que ver con el
Estado y que el Estado no puede cumplirlas. Estas cuestiones son competencia
del pueblo y la Constitución. Para resolverlas es necesario que el pueblo
acepte estas exigencias antes de que nosotros, como estado, tomemos la decisión
correspondiente.
En todo caso,
cualquier asunto debe ser considerado en el marco nacional. Por eso yo digo:
ahora nosotros nos hemos unido con los kurdos y con otros integrantes de la
sociedad para luchar contra los terroristas. Hace poco he hablado de este tema:
es nuestra obligación unirnos con el fin de oponer resistencia al Estado
Islámico. Una vez que acabemos con el Estado Islámico, el Frente al-Nusra y
otros grupos terroristas, podremos hablar de las reivindicaciones de los kurdos
y de algunos partidos kurdos en el formato nacional.
Por lo tanto, aquí no
hay ningún tema prohibido siempre y cuando se plantee en el marco del Estado
sirio unido, del pueblo y de las fronteras, se desarrolle de acuerdo con el
espíritu de la lucha contra el terrorismo y la libertad de la diversidad
étnica, nacional, religiosa y confesional de nuestro país.
Señor presidente,
usted ha respondido parcialmente a esta pregunta y, sin embargo, quisiera
concretar. Ciertas fuerzas curdas en Siria exigen, por ejemplo, cambiar la
Constitución, introducir un mando local hasta la creación de un Estado kurdo
autónomo en los territorios del norte. Hoy se escuchan este tipo de
declaraciones, cuando los kurdos luchan exitosamente contra el Estado Islámico.
¿Está usted de acuerdo con estas declaraciones? ¿Podrían los kurdos considerar
y esperar un tipo tal de gratitud? En general, ¿Se puede hablar de esto?
Cuando defendemos nuestro país no esperamos que nos lo agradezcan
porque es un deber natural. Si alguien merece ser agradecido entonces es cada
ciudadano sirio que defiende su patria. Pero yo considero que defender la patria
es un deber. Cuando cumples con tu deber, tú no esperas agradecimientos. Sin
embargo el tema que usted ha mencionado al principio y que está estrechamente
vinculado con la Constitución siria. Si usted, por ejemplo, desea cambiar el
sistema constitucional en su país, en Rusia, y nuevamente realizar la división
territorial-administrativa o conceder a ciertas regiones de la Federación
plenos poderes diferentes de los concedidos a otras regiones, eso no compite al
presidente ni al Gobierno, sino a la Constitución. El presidente no es dueño de
la Constitución, al igual que el Gobierno. La Constitución le pertenece al
pueblo. Consecuentemente, cualquier modificación en la Constitución requiere un
diálogo nacional. Como ya he dicho, el Estado sirio no se opone a ningún tipo
de exigencias siempre y cuando estas no amenacen a la integridad de Siria, a la
libertad de sus ciudadanos y la diversidad nacional. Si alguna parte, grupo o
capa de la sociedad tiene alguna exigencia, estas tienen que estar siempre
dentro de los marcos nacionales, y en forma de diálogo con otras fuerzas
sirias. Cuando el pueblo sirio se ponga de acuerdo para dar estos pasos,
relacionados con la federalización, descentralización, introducción de control
autónomo o una reforma completa del régimen político, entonces esto requerirá
un consenso común en la posterior introducción de cambios en la Constitución y
la realización de un referéndum. Por eso dichos grupos deben convencer al
pueblo sirio en la argumentación de sus sugerencias, ya que sus iniciativas no
deben ser un diálogo con el Estado, sino con el pueblo. Por nuestra parte,
cuando el pueblo sirio decida avanzar en una dirección determinada, nosotros,
naturalmente, lo aceptaremos. 



Hace ya más de un año la coalición de Estados Unidos realiza
ataques aéreos en el territorio de Siria. Además actúan en los mismos
territorios en los cuales las Fuerza Aérea Árabe Siria realiza ataques aéreos a
las posiciones del Estado Islámico. A pesar de esto, no ha habido ningún
encontronazo entre la coalición bajo la dirección de EE. UU. y la Fuerza Aérea
Árabe Siria. ¿Existe algún tipo de coordinación directa o indirecta entre el
Gobierno sirio y la coalición en la guerra contra el Estado Islámico? 




Se sorprenderá, pero la respuesta es no. Entiendo que no suene
convincente; nosotros luchamos, si es que se puede decir así, contra un enemigo
común. Atacamos los mismos objetivos y los mismos lugares sin ningún tipo de
coordinación, y no nos tropezamos los unos con los otros. Puede parecer
extraño, pero es verdad. Entre el Gobierno, el Ejército sirio y Estados Unidos
no hay ningún tipo de coordinación o contacto. Y es porque no pueden admitir ni
aceptar el hecho de que nosotros somos la única fuerza que lucha contra el
Estado Islámico en tierra. Desde su punto de vista, quizás, la cooperación con
el Ejército sirio sería admitir nuestra efectividad al enfrentarnos al Estado
Islámico. Por desgracia, esta actitud refleja la miopía y la terquedad de la
administración estadounidense.

Entonces ¿no hay siquiera una cooperación indirecta? Por ejemplo, ¿por
medio de los kurdos? Digo esto porque, como nos es sabido, Estados Unidos
coopera con los kurdos; y los kurdos, por su parte, tienen contacto con el
Estado sirio. ¿Quiere decir que no existe ninguna coordinación indirecta?


 No hay un tercer bando, tampoco los iraquíes. En el pasado nos
avisaban por medio de los iraquíes antes de cualquier ataque. Desde entonces no
hemos contactado con ellos, no hemos intercambiado mensajes a través de otros
bandos. 


Alejándonos un poco de este tema: usted vivió en Occidente y durante un
tiempo se relacionó con otros líderes occidentales que desde el inicio de la
crisis apoyan persistentemente a los grupos armados que tratan de derrocarle.
¿Cómo se sentirá si tiene que volver a trabajar con esos mismos líderes y
darles la mano? ¿Podrá volver a confiar en ellos? 



— En primer lugar, no se trata de una relación personal, sino de una
relación interestatal. Cuando hablamos de las relaciones entre países, hablamos
de ciertos mecanismos, no de confianza. La confianza es algo personal, algo con
lo que no se puede contar en las relaciones políticas entre personas. Yo soy
responsable de 23 millones de ciudadanos en Siria, y otra persona, digamos, es
responsable de otras decenas de millones de personas en otro país. No se puede
hacer que el destino de decenas o cientos de millones de personas dependa de la
confianza entre dos personas. Debe haber un mecanismo. Cuando este existe,
entonces se puede hablar de confianza. De otra confianza, no a nivel personal.
En segundo lugar, la principal tarea de cualquier político, Estado, primer
ministro o presidente es trabajar para el bien de sus ciudadanos y del país. Si
un encuentro o apretón de manos con alguien puede beneficiar al pueblo sirio,
yo estoy obligado a hacerlo, me guste o no. No hablamos de mí, no hablamos de
si puedo o quiero hacerlo. Hablamos del beneficio que puedan traer las
decisiones que yo vaya a tomar. Así que sí, estamos dispuestos a hacer todo lo
que pueda beneficiar al pueblo sirio. 

Sigamos hablando de las coaliciones por la lucha contra el terrorismo y
el Estado islámico. El presidente de la Federación de Rusia 
Vladímir Putin llamó
a crear una coalición regional para la lucha contra el Estado Islámico, y quizás
las últimas visitas de algunos delegados árabes a Moscú se realizaron en este
marco. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores de Siria Walid al Mualem
dijo que para eso se necesita un milagro. Se refiere, según Damasco, a la
coordinación en el área de la seguridad con los Gobiernos de Jordania, Turquía
y Arabia Saudita. ¿Cómo ve este tipo de coalición? ¿Cree que puede dar
resultados? Como ya ha mencionado anteriormente, cualquier relación depende de
los intereses. ¿Está usted dispuesto a coordinar sus acciones con estos países?
¿Es cierto que ha habido reuniones entre funcionarios sirios y saudíes, como
han informado los medios de comunicación? 




Con respecto a la lucha contra el terrorismo es un tema global y
ambicioso, que cuenta con aspectos culturales, económicos y militares, que está
directamente relacionado con la seguridad. Claro que en términos de medidas
preventivas, todos los demás aspectos son más importantes que el aspecto
militar y las cuestiones de seguridad. Hoy, sin embargo, teniendo en cuenta la
realidad de la lucha contra el terrorismo, sobre todo cuando nos enfrentamos no
solo a grupos armados concretos, sino a todo un ejército terrorista que cuenta
tanto con armamento ligero como pesado y con miles de millones de dólares para reclutar
a más miembros, se debe prestar atención en primer lugar, al aspecto militar y
a las cuestiones de seguridad.
Así que para nosotros
es evidente que la coalición debe actuar en diferentes direcciones, pero sobre
todo debe luchar contra los terroristas ‘en el campo de batalla’. Es lógico que
dicha coalición deba ser creada por los países que creen en la lucha contra el
terrorismo. En la situación actual es posible que la misma persona apoye el
terrorismo y luche contra él. A eso se dedican ahora países como Turquía,
Jordania y Arabia Saudita. Pretenden ser una parte de la coalición
antiterrorista que opera en el norte de Siria, aunque también apoyan el
terrorismo en el sur, en el norte y el noroeste. Básicamente en las mismas
zonas en las que luchan contra el terrorismo. Subrayo una vez más: si estos
países deciden volver a la actitud correcta, cambian de opinión y deciden
luchar contra el terrorismo por el bien común, entonces nosotros, naturalmente,
lo aceptaremos, y cooperaremos con ellos y otros Estados. No es algo
categórico, no es que pensemos en términos del pasado. Las relaciones políticas
cambian con frecuencia; pueden ser malos y hacerse buenos, o un enemigo puede
volverse tu aliado. Es algo normal. Quienquiera que sea, cooperaremos con él en
la lucha contra el terrorismo.
Señor presidente, actualmente está teniendo lugar un enorme desplazamiento de refugiados.
En gran medida esos refugiados proceden de Siria y se dirigen a Europa. Existe
la idea de que estas personas están prácticamente perdidas para Siria ya que
han sido perjudicadas por el Gobierno sirio, que no ha podido protegerlos, y se
han visto obligados a abandonar sus hogares. Diga, por favor: ¿cómo contempla
usted a estas personas que han tenido que abandonar Siria? ¿Los contempla como
parte de un potencial electorado sirio en el futuro? ¿Tiene la impresión de que
volverán? Y una pregunta más: ¿Qué parte de culpa le corresponde a Europa en
esta salida de refugiados que está teniendo lugar ahora? En su opinión, ¿es
Europa culpable de ella?

Cualquiera que esté abandonando Siria, sin lugar a dudas, es una
pérdida para la patria, no importa su ideología o posibilidades. Naturalmente,
con exclusión de los terroristas. Es decir, estoy hablando de todos los
ciudadanos menos los terroristas. Por eso, para nosotros, esta emigración
supone una gran pérdida. Me ha preguntado acerca de las elecciones. El año
pasado hubo elecciones presidenciales en Siria. En los países limítrofes, y en
Líbano en primer lugar, había numerosos refugiados. Si hemos de creer en la
propaganda de los medios de comunicación occidentales, todos ellos huyeron del
Gobierno sirio, que los perseguía y los mataba. Los presentaron como si fueran
enemigos del Gobierno. Cuál sería el asombro de los occidentales al ver cómo se
dirigieron a los colegios electorales para depositar su voto a favor del
presidente, a favor de quien, supuestamente, los estaba matando. Esto fue un
golpe serio para los propagandistas.Con el fin de organizar la votación en el
extranjero, debían darse determinadas condiciones. Hacía falta que hubiera una
embajada. El Gobierno sirio debía controlar el proceso de votación. Todo ello
depende de las relaciones con los países extranjeros. Muchos Estados habían
roto las relaciones diplomáticas con Siria y habían cerrado nuestras embajadas
en su territorio. En estos Estados no fue posible celebrar las votaciones, y a
los ciudadanos les fue preciso ir a otro país donde sí hubiera colegios
electorales. Eso fue lo que sucedió el año pasado. Por lo que respecta a
Europa, por supuesto que es culpable.
Ahora Europa trata de
mostrar el asunto como si su culpa estuviera tan solo en no haber puesto los
medios o no haber podido garantizar una inmigración organizada, razón por la
cual los refugiados se ahogaban al tratar de atravesar el Mediterráneo. Lo
sentimos por todas las víctimas inocentes, pero ¿acaso la vida de los que se
ahogan en el mar es más valiosa que la de los que mueren en Siria? ¿Por qué ha
de ser su vida más valiosa que las de los que mueren degollados a manos de los
terroristas? ¿Cómo es posible compadecerse del niño que murió en el mar y no
reparar en los miles de niños, ancianos, mujeres y hombres que se han
convertido en víctimas de los terroristas en Siria? Este bochornoso doble
rasero de los europeos se ha hecho evidente para todos y ya no se acepta.
Carece de lógica sentir compasión por algunas de las víctimas e ignorar a todas
las demás. No existe entre ellas ninguna diferencia sustantiva. Europa, desde
luego, tiene responsabilidad en la medida en que ha apoyado y sigue apoyando y
financiando el terrorismo. Ella califica a los terroristas de ‘oposición
moderada’ y distingue entre ellos. Pero todos ellos son extremistas.
Si me permite, me
gustaría volver a la pregunta sobre el futuro político de Siria. Señor
presidente, sus oponentes (y por tales entiendo tanto a los que se oponen al
poder con armas en la mano como a sus adversarios políticos) siguen insistiendo
en que una de las más importantes condiciones para llegar a la paz es su
retirada de la arena política y su renuncia al cargo de presidente. ¿Qué opina
de ello no solo como cabeza del Gobierno, sino también como ciudadano de su
país? ¿Está usted –teóricamente– dispuesto a marcharse si tiene la sensación de
que es necesario?
Añadiré algo a lo
que usted ha dicho: desde el principio la campaña informativa de Occidente ha
estado dirigida a persuadir de que todo el problema estaba en la persona del
presidente. ¿Y eso por qué? Porque querían que se tuviera la impresión de que
el problema sirio se reduce a un individuo. En consecuencia, la reacción
natural de la gente frente a esta propaganda era suponer que si toda la
cuestión es cosa de una persona, de ninguna forma esta puede hallarse por
encima de los intereses nacionales y debe marcharse, y que en este caso, todo
se solucionaría. Así es como lo simplifica todo Occidente. Sin embargo, lo que
en realidad sucede en Siria es semejante a lo que viene sucediendo en toda la
región.
Fíjese en lo que pasó
en los medios de comunicación occidentales al principio de las revueltas en
Ucrania: para ellos, el presidente Putin pasó de ser amigo a enemigo de
Occidente, un zar, un dictador que reprime a la oposición rusa, que accedió al
poder de forma antidemocrática, sin importar que fuera elegido en unas
elecciones democráticas aceptadas por Occidente. Hoy, para ellos, esto ya no es
una democracia. Así es la campaña de información occidental.
Se dice que cuando se vaya el presidente, las cosas irán mejor, pero
eso, de hecho, ¿qué significa? Para Occidente significa que mientras siga
siendo presidente ellos seguirán apoyando el terrorismo, porque han convertido
en una prioridad el cambio de dirigente de los llamados 'regímenes' de Siria,
Rusia y otros países. Y es que Occidente no admite
socios ni Estados soberanos. ¿A qué se reducen sus aspiraciones respecto a
Rusia? ¿Y a Siria? ¿Y a Irán? Se trata de Estados soberanos. Les gustaría
quitar a una persona y poner en su lugar a otra que actúe en interés de
Occidente, y no en el de su propia patria. En lo que atañe al presidente, llega
al poder con la conformidad de su pueblo, por medio de un proceso electoral, y
si se va, lo hace a petición de su pueblo, y no por la decisión de EE. UU., del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de la Conferencia de Ginebra o del
memorando de Ginebra. Si el pueblo desea que se quede, el presidente se
quedará, y en caso contrario tendrá que irse sin pérdida de tiempo. Esta es mi
postura principal en cuanto a su pregunta se refiere.

Señor Assad, el
conflicto bélico se ha prolongado durante más de cuatro años. Usted,
probablemente, a menudo analiza lo acontecido y vuelve la mirada al pasado.
Desde su punto de vista, ¿hubo algún momento decisivo en el que comprendiera
que la guerra era inevitable? ¿Quién puso en marcha los engranajes de esta
guerra? ¿La influencia de Washington, sus vecinos de la región de Oriente
Medio, o sus propios errores? ¿Hay algo que lamente y que desearía cambiar si
fuera posible volver atrás en el tiempo?
Cualquier Gobierno
comete errores. Sucede, probablemente, todos los días. Pero estos errores no
son fatídicos, sino más bien una cuestión cotidiana. ¿Qué errores han podido
conducir a lo que ha sucedido en Siria? No suena lógico. Tal vez se sorprenda
cuando le diga que de los acontecimientos previos a la crisis siria, el más
decisivo fue la guerra del 2003 en Irak, cuando el país fue invadido por EE.
UU. Nosotros estuvimos totalmente en contra de esta agresión, ya que
entendíamos que como resultado de esta guerra Irak se desgarraría en facciones
confesionales. Al Oeste tenemos al Líbano, un país dividido por diferentes
confesiones. Y nosotros comprendíamos perfectamente que todo esto nos
influiría. Por ello, el origen de esta crisis se encuentra en aquella guerra,
que desgarró Irak en base a identidades religiosas; algo que en parte se ha
manifestado en la situación de Siria y que ha hecho más sencilla la tarea de
instigación de discursos violentos entre distintas confesiones en Siria.
Por otra parte, aunque no tan decisivo como el anterior, otro
acontecimiento importante fue el del apoyo oficial que Occidente brindó a los
terroristas en Afganistán a principios de los años 80, a los que denominaron
‘combatientes por la libertad’. Más tarde, en el 2006, en el Irak tutelado por
EE. UU. apareció el Estado Islámico, al que Washington no combatió de ningún
modo. Todos estos factores, en su conjunto, pusieron las condiciones para el
comienzo de los desórdenes con el apoyo de Occidente, de los estados financiados del golfo Pérsico, especialmente de Catar y
Arabia Saudita, el respaldo logístico de Turquía, especialmente teniendo en
cuenta que Erdogan pertenece ideológicamente a la organización de los Hermanos
Musulmanes y, en consecuencia, cree que un cambio en la situación de Siria,
Egipto e Irak significará la fundación de un nuevo sultanato, no otomano, sino
perteneciente a los Hermanos Musulmanes, que se extenderá bajo el mandato de
Erdogan del Atlántico al Mediterráneo. Todos estos factores llevaron la
situación al punto en el que nos encontramos.
Una vez más,
subrayaré que puede haber errores y fracasos, pero estos no explican nada. De
otro modo, ¿por qué no se dan revoluciones en los países del golfo Pérsico,
especialmente en Arabia Saudita, que no tiene ni idea de lo que es la
democracia? Creo que es algo lógico.
Señor
presidente, le agradecemos que haya compartido su tiempo con nosotros y que
haya respondido detalladamente a nuestras preguntas. En septiembre usted
celebra su 50.º cumpleaños. En las presentes circunstancias, lo más que podemos
desearle en que vuelva la paz y la tranquilidad cuanto antes a tierras sirias.
Gracias. 


















































































































Nenhum comentário:

Postar um comentário